domingo, 2 de febrero de 2014

Perspectivas

Muchas veces en la vida, tienes que dar un paso atrás para poder ver las cosas con la suficiente perspectiva como para poder tomar las decisiones “acertadas”. Pues hoy, que estoy con la moral por los suelos, que no tengo ni la más remota idea de por dónde ir, que estoy buscando una cuerda a la que cogerme y aferrarme a ella ‘a ciegas’ tengo la necesidad de escribir. Pero no de escribir en general. Hoy tengo desgarradoras ganas de gritar callado, algo que, los que me conocen bien, saben que soy muy aficionado a hacer.
Hace justo un año, había tomado una decisión; tiraba la toalla. Lo dejaba, no podía más. La presión había podido conmigo y yo había cedido. Fue la culminación de un proceso que empezó a finales del curso 2011-2012, y que me había convertido en una persona gris, sin alma, a la que ya no le importaba aquello que le apasionaba, la música. Había decido que dejaba mis estudios en el conservatorio.
Y sólo se lo conté a una persona, que era realmente una persona circunstancial, un extra en la película de mi vida, con poco más que una frase. Pero vaya frase. A esa persona le debo que no lo tirara todo por la borda. Y ahora simplemente intercambiamos un “¿Hola, qué tal?” y ya está. Pero le estaré eternamente agradecido, aunque esa persona no lo sabe.
Todo esto viene, porque llevo una semana planteándome cosas. ¿Merece la pena todo este tortuoso camino? Con lo bien que estaría yo si hubiera decidido estudiar Ciencias Políticas, tendría un 90 % más de tranquilidad en mi vida, como mínimo. Así que me he decidido a escribir para animarme a que sí que merece la pena.
Primero, por las personas que gracias a esto he conocido, y que me ayudan a pasar cada día de una forma especial, ayudándome a que el camino sea un poco menos duro… También a las personas que me complican la vida, porque sin ellas, sería muy poco divertido. Gracias a mis amigos del conser, a  mis conocidos, a mis enemigos, a mis compañeros de piso (una catalogación especial), y a la demás gente que no tiene nada que ver con la música pero que he podido conocer  gracias a ella en diferentes puntos de la geografía internacional.
Merece la pena además, porque cuando tienes un segundo de inspiración, paga la pena de meses de sufrimiento. No hay palabras para expresar lo que siente uno cuando llega a estar a gusto con lo que hace. Ese momento de comunión, ese éxtasis casi santateresiano… No conozco nada que llene tanto mi alma, como  esos momentos.
Pero ah, no todo va a ser bueno. Porque también tenemos que soportar la gracia fácil de que somos unos borrachos, unos vividores y similar… pues sí, me gusta salir, beber, estar por ahí… y creo que después de estar una media de 6-7 horas (llegando a 10-12 algunos días) cada día de la semana, con el clarinete entre las manos, tendré derecho a reventar el sábado (o el viernes o el lunes), ¿no? Yo salgo el sábado hasta las 7 de la mañana pero me paso el domingo por la tarde estudiando ¿sabes? No tengo que dar explicaciones a nadie, pero todos los problemas que tenemos los estudiantes de música, no se arreglan estudiando las tres semanas antes del examen…  Algunos, ni siquiera con años… Así que creo que estamos autorizados a desfasar un poco a veces…
En fin, después de esto, seguramente tendré que aguantar que me llamen llorón… pero estoy tan acostumbrado a que me llamen cosas, que casi os diría que me la trae al pairo…

Para acabar solo quiero decir una cosa más: tendré poca moral, pero os prometo que no voy a tomar la decisión de dejarlo. Ya que, como dije antes, viendo con perspectiva (aunque ahora ya con un paso hacia delante)  creo que al final, tomé la decisión “acertada”.

6 comentarios:

  1. Por supuesto que fue acertada Ferrán. Claro que son muchas horas, pero todo ese tiempo entregado al arte convierte en arte la vida.
    Un abrazo

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    1. Gracias Luis!!! La verdad es que convertir nuestra vida en arte, es un reto enorme!
      Un abrazo!

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  2. Sempre has de fer fer això que al tancar els ulls i respirar et porte més alegría al teus pensaments, inclús et faja traure un somriure.
    No hi ha persona més feliç que aquella que viu fent el que més li agrada, pasen els anys que pasen, fes-ho!!

    I encara que el del teu costat en guanye 3000 més que tú, fixa't qui es més feliç, qui somriu més vegades al dia, i qui té més gent al costat que el fan sentir-se especial.

    Lluita per ser feliç, es el que importa a la nostra curta Vida!!

    T'estime nano!!

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    1. En gent que em fa sentir especial, poques persones em guanyen... :)

      Gràcies tia.

      T'estime!

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